La acusación del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, de que el gobierno indio orquestó una campaña para amenazar y asesinar a sijs en suelo canadiense ha puesto en relieve el potencial alcance de la opaca red de inteligencia india, que se sabe que opera principalmente en el sur de Asia.
La acusación del primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, de que el gobierno indio orquestó una campaña para amenazar y asesinar a sijs en suelo canadiense ha puesto en relieve el potencial alcance de la opaca red de inteligencia india, que se sabe que opera principalmente en el sur de Asia.
Los vecinos de India —especialmente su principal enemigo, Pakistán, con el que ha librado múltiples guerras— conocen bien las operaciones encubiertas indias, que, según la opinión general, han consistido en ataques aéreos selectivos y asesinatos en suelo extranjero.
Pero, debido a la forma pública en que Canadá ha expuesto su caso, el resto del mundo tiene ahora una idea de cómo probablemente operan los diplomáticos, espías, burócratas y policías que trabajan en los servicios de inteligencia indios, y cómo es que los altos funcionarios del gobierno pueden dirigir sus actividades.
Las enérgicas declaraciones de Trudeau hechas el lunes intensificaron una disputa diplomática entre ambos países, la cual se venía gestando desde hacía más de un año, a causa del asesinato de un ciudadano canadiense sij en Canadá.
El lunes, las autoridades canadienses dijeron que creían que seis diplomáticos formaban parte de una amplia red criminal, extendida por todo el país, implicada en actos de intimidación, acoso y extorsión dirigidos contra sijs canadienses, así como en homicidios.
Entre otros detalles, dijeron que el grupo de agentes indios recopilaba información de inteligencia para amenazar e intimidar a sijs, ya fuera mediante informadores a sueldo o extorsionando y amenazando a personas de las comunidades.
Este artículo fue originalmente publicado en NY Times