Desde que el presidente Donald Trump retomó el poder, muchos ucranianos temen que se alcance un acuerdo de paz sin ellos.
urante casi tres años de guerra en Ucrania, el llamamiento de Washington para respaldar la lucha contra una invasión rusa fue “ninguna negociación sobre Ucrania sin Ucrania”.
Pero cuando el presidente Donald Trump se reúna con el presidente de Rusia Vladimir Putin en Alaska el viernes, los ucranianos no estarán allí, a menos que ocurra una invitación de última hora. Y el rápido rechazo de Kiev a la declaración de Trump de que ya está negociando con Rusia lo que él denominó vagamente “canjes de tierras”, sin mención alguna a garantías de seguridad o armas para Ucrania, subraya los riesgos para los ucranianos.
También conlleva peligros políticos para Trump.
El temor de Ucrania durante estos últimos seis meses ha sido que la imagen que Trump tiene de un “acuerdo de paz” sea un trato alcanzado directamente entre él y Putin, de forma parecida a como Franklin Roosevelt, Joseph Stalin y Winston Churchill se repartieron Europa en la conferencia de Yalta en 1945. Aquella reunión se ha convertido en sinónimo de debates históricos sobre lo que puede salir mal cuando las grandes potencias se reparten el mundo, las potencias más pequeñas sufren las consecuencias y los pueblos libres se ven sometidos a un régimen autoritario.
