El hambre en Gaza es una crisis moral urgente. Sus dos millones de habitantes carecen de alimentos adecuados, y al menos 16 niños menores de 5 años han muerto por causas relacionadas con el hambre en las últimas dos semanas. La gestión, a menudo imprudente, de la guerra y la ocupación por parte de Israel ha contribuido a crear esta emergencia, y tiene un poder único para paliarla. Debe hacerlo.
Cómo se ha llegado a esta situación es, por supuesto, objeto de disputas intensas. Es cierto que los dirigentes de Hamás podrían terminar con la crisis al liberar a los rehenes que siguen reteniendo y si se rinden en una guerra que empezaron y están perdiendo. Sin embargo, las conversaciones sobre el alto al fuego entre Hamás e Israel siguen estancadas, y cada parte insiste en unas condiciones que siguen siendo inaceptables para la otra. La mejor solución, tanto para palestinos como para israelíes, incluye la devolución de los rehenes, el fin de la guerra y un nuevo gobierno en Gaza. Mientras ese resultado siga estando fuera de nuestro alcance, los gazatíes necesitan comer.
Israel es el mayor responsable de la falta de alimentos porque su ejército controla gran parte de Gaza, incluidas sus fronteras. Las excusas ofrecidas por el gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu —que las organizaciones de ayuda son incompetentes y que Hamás desvía la ayuda— no son convincentes. Incluso algunos oficiales militares israelíes han cuestionado este razonamiento.
En cambio, el problema principal deriva de la presión de los miembros de extrema derecha del gobierno de Netanyahu para cortar la ayuda de los grupos internacionales. Israel lo hizo a principios de este año. En su lugar, Israel y Estados Unidos crearon la Fundación Humanitaria de Gaza y dijeron que se encargaría de la tarea. Netanyahu y sus ministros afirmaron que el cambio era necesario porque Hamás había corrompido el sistema anterior al acaparar suministros para sus combatientes y vender la ayuda para obtener ganancias, pero ese sistema previo era claramente más eficaz que el nuevo.